20 de diciembre de 2010

Tan larga se ha hecho la noche, que hasta la Luna se esconde

Se acerca la noche más larga del año (para nuestro hemisferio): es el momento en el que el dios Sol, cual mesías, le gana la partida a las tinieblas y comienza a reinar, cada vez más alto, tanto en la Tierra como en los cielos. ¿A qué me suena que pase esto por estas fechas? ;-)

Exactamente, el solsticio de invierno tendrá lugar el miércoles 22, a las 0h38 (hora de Barcelona; el martes 21 a las 23h38 UTC), por lo que la noche más larga será la que habrá entre el martes 21 y el miércoles 22. La noche no será tan oscura como podría esperarse de la más larga, ya que la Luna estará cercana a su fase de plenilunio. Pero el plenilunio tampoco será tan brillante como podría esperarse...

Coincidiendo con la última noche completa de otoño, la que habrá entre el lunes 20 y el martes 21, se producirá un eclipse de Luna; así que esta vez ni la diosa Luna nos salva de las tinieblas. Aunque aquí, en Barcelona, desgraciadamente no veremos completo este espectáculo; sólo veremos un par de fases del tránsito lunar a través de la sombra terrestre:


La Luna entrará en la penumbra (P1) a las 6h29 hora local (05:29:17 UT)
La Luna entrará en la sombra (U1) a las 7h33 hora local (06:32:37 UT)

El clímax del eclipse, que tapará la Luna llena durante casi hora y cuarto, tendrá lugar el martes 21 a las 9h13 hora local (8h13 UTC), casi una hora después de que hayamos visto ponerse a la Luna, ya mordida pero no completamente tapada, a las 8h18 hora local (7h18 UTC). Al menos el Sol estará de lo más perezoso y no saldrá hasta las 8h14 hora local (7h14 UTC), así que algo nos dejará ver.

Si queréis ver algo parecido a lo que nos perderemos (y podrán contemplar en el Nuevo Mundo), aquí va una composición fotográfica que me curré del Eclipse total de Luna que pudimos contemplar desde Barcelona el 3 de marzo del 2007. Como veis, y por efecto de la poca luz solar que consigue refractarse a través de la atmósfera terrestre, la Luna, más que desaparecer, queda de un tono espectacularmente rojizo.


El Sol, orgulloso de su hermosura, va iluminando a su compañera, la Luna, para que nosotros, humildes mortales, podamos disfrutar de su encanto mensualmente. Pero tanto nos cautiva que, de vez en cuando, deagradecidos, nos interponemos entre ellos. Y esta vez lo haremos aprovechando que el Sol está cada vez menos pendiente de nosotros. Pero sin darnos cuenta, lo único que conseguiremos, como siempre, es que la Luna se esconda, ruborizándola con nuestras torpes lisonjas. A partir de entonces, y tras el susto de ver a su amada mancillada, el Sol dormirá cada vez menos, y permanecerá vigilante para que nuestra sombra no vuelva a esconder su belleza.

3 comentarios:

Carles dijo...

A ver, la entrada me ha gustado y, como siempre, es interesante. Pero quiero saber lo que te has fumado para probarlo yo. :-)

[CSolaz] dijo...

Poeeetaaaaaa!!!

[EMonroy] dijo...

Nada, nada de drogas. Únicamente tiempo libre y/o aburrimiento.

Yo conocía lo de "La Luna se llama Lola y el Sol se llama Manuel", y he encontrado el poema entero:

La Luna se llama Lola
y el Sol se llama Manuel.
Manuel madruga; el trabajo
lo aleja de su mujer.
La Lola se queda en casa
por no quemarse la piel.
Manuel cultiva los campos:
pan, vino, aceite también;
abre camino en la nieve
del puerto en invierno. El es
un buen cristiano; trabaja
tanto, que al anochecer,
cuando regresa a su casa
se duerme en un santiamén.
Entonces sale la Lola.
¡Es una mala mujer!
Lola se llama la Luna,
Y el Sol se llama Manuel.

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