4 de diciembre de 2008

Cato-l(og)icismo

Un par de cosillas de la prensa, que muestran consecuencias de llevar hasta el límite "la ló(gi)ca católica" [gracias, Paco].

La primera, la tira de humor del diario gratuito ADN del 1 de diciembre [gracias, Monika]:

En cuanto la vi, me vinieron a la memoria los versos de Machado: "¡Oh, no eres tú mi cantar no puedo cantar, ni quiero a este Jesús del madero sino al que anduvo en la mar!"
Me hace tanta gracia que todavía se cante este poema en las procesiones como si fuera una saeta, cuando no es más que una crítica a la superstición que suponen.

La segunda, las palabras de la delegada del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, durante el noveno Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA):
El planeta "está al servicio del ser humano porque el ser humano es el centro"

¡Cuántos años de retraso supone esta afirmación derivada de la tradición católica, si no incluso cristiana!: me vienen palabras a la mente como "antropocentrismo", "geocentrismo", ...
Recordemos a la señora de Aznar que en el Universo, hay 100.000 millones de galaxias y en cada galaxia hay 100.000 millones de estrellas: para tener una imagen, las estrellas del universo serían como el número de granos de arena de todas las playas de la Tierra.
La insignificancia del hombre frente a la inmensidad del Universo es manifiesta en el tiempo y en el espacio. Su habitat, la Tierra, no es mas que un pequeño planeta, que bien pudo no existir, en el sistema de una estrella de tamaño medio perdida en el extremo de una galaxia, en un Universo que las cuenta por millones; su tiempo, fracción ínfima del lapso total, terminará probablemente mucho antes de que el Sol haya llegado a su fin, mientras miles de millones de estrellas nacen y mueren en el transcurso de un periodo para nosotros inabarcable; su génesis como ser vivo, resultado de un proceso evolutivo de gran complejidad y fragilidad, que pudo haber cambiado de dirección y resultados en infinidad de ocasiones según las cambiantes situaciones del entorno, y que tan sólo un día antes de que acabara el año, si seguimos nuestra anterior simulación, era impensable su aparición.
Podemos concluir que su existencia es trivial, su destino indiferente, su trascendencia insignificante, su finalidad quimérica. (El hombre y el Universo - arco)

Su homólogo en San Sebastián, Denis Itxaso, ya señaló que si se pone el planeta al servicio del hombre, "el planeta puede acabar decidiendo por el hombre".

Para rematarlo, Botella instó a liberalizar más suelo para "abaratar la vivienda". Pero ése es otro "cantar" ;-)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La causa de que el planeta esté al servicio del ser humano no es que éste sea el centro. Nosotros simplemente nos aprovechamos de sus recursos todo lo que podemos en nuestro propio beneficio y para nuestra supervivencia. Debemos ser conscientes de que es algo frágil que debemos cuidar. Es limitado y no hay recambio. No conocemos otro lugar en el Universo donde podamos vivir.

[EMonroy] dijo...

La entrada obedece, entre otras cosas, a la intención de mostrar que soy de la opinión de que el planeta no está al servicio del ser humano, y de que pensar eso puede tener como causa la influencia de alguna tradición filosófico-religiosa.

Me parece un tanto egoísta, con perdón, y peligroso preocuparse del cuidado del planeta sólo porque de ello depende nuestra supervivencia.
Egoista.- ¿Podemos realmente destruir las cosas de las cuales no dependa nuestra supervivencia?
Peligroso.- ¿Y si nos equivocamos decidiendo qué es innecesario para nuestra supervivencia?

Anónimo dijo...

Todas las especies modifican su entorno para obtener un beneficio propio. Nosotros también. La idea que el planeta está a nuestro servicio y que nosotros somos el centro del Universo es mucho más antigua que cualquier religión o filosofía.
El ser humano, a diferencia de los animales, no se ocupa siempre de su propio beneficio y si las necesidades básicas no le apremian, a veces es capaz de comprender que la vida es un fenómeno singular en el Universo y que la diversidad de las especies es una riqueza que debe conservar.

[EMonroy] dijo...

Por lo general, las especies se adaptan a su entorno (sólo lo modifican de forma muy local), mientras que el hombre adapta su entorno a sí mismo (de forma mucho más global).
La idea de planeta a nuestro servicio y nosotros como centro del Universo es precisamente un tipo de religión o filosofía.
No es suficiente comprender que la vida es singular y la diversidad debe conservarse: se debe hacer algo al respecto.
Hablando de necesidades básicas apremiantes: al planeta le quedan 9 años a este ritmo; a partir de entonces la situación será irreversible. La inversión necesaria para evitarlo (como la necesaria para evitar el hambre de millones de personas) es ínfima si la comparamos con lo que se está dedicando a mitigar la crisis financiera.

Carles dijo...

A ver, que el planeta no nos lo vamos a cargar, por muy tozudos que nos pongamos.
Nos cargaremos buena parte de la biodiversidad, pero esto ya ha pasado en otras eras y se ha demostrado que es un motor evolutivo bastante interesante.
Por otro lado acabaremos haciendo el planteta inhabitable para nosotros mismos, así que corremos el riesgo de auto-extinguirnos también, puesto que formamos parte de la biodiversidad y podemos ser los siguientes después de las ballenas y los atunes rojos.
Pero por el planeta, así como conjunto, yo no sufriría. Las cucarachas, los hongos y un montón de otras formas de vida nos sobreviviran el día que hagamos pum y continuaran su ciclo evolutivo para adaptarse a als condiciones que les hayamos dejado.
Así pues: hagamoslo por egoismo por que las cucarachas no nos lloraran cuando ya no estemos en este mundo.

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