1 de abril de 2008

Reflecciones 2008 (II)

Continuación de Reflecciones 2008 gracias a la opinión de Vicenç Navarro (Catedrático de Políticas Públicas - UPF) en Los costes políticos de la transición | El Periódico de Catalunya.

El Gobierno de Suárez diseñó un sistema pensado para perjudicar a quienes están a la izquierda del PSOE: antes el PCE y hoy IU-ICV

Los resultados de las últimas legislativas muestran las limitaciones democráticas del sistema electoral
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En realidad, el proceso de transición distó mucho de ser modélico. Se hizo en condiciones de gran poder de las derechas y de gran debilidad de las izquierdas, lo cual significó que el diseño del sistema electoral beneficie sustancialmente a las derechas.
El sistema que diseñó el Gobierno de Suárez se basó en las provincias, a las cuales se dio el mismo número mínimo de representantes independientemente de su tamaño, lo cual significó un enorme protagonismo de la España no urbana sobre la urbana, donde vive y trabaja la clase trabajadora. Adolfo Suárez hizo el primer borrador del sistema electoral analizando las últimas elecciones de la Segunda República. El objetivo de este diseño era, como declaró en su día el expresidente Leopoldo Calvo Sotelo y, más recientemente, el colaborador de Suárez Miguel Herrero de Miñón, minimizar la influencia parlamentaria del Partido Comunista de España, la fuerza que había liderado la resistencia antifranquista y que la derecha española temía con mayor intensidad. El PSOE aceptó aquella propuesta porque desde el punto de vista partidista le favoreció, aun cuando debilitó a las izquierdas.
[...]
Y este era el objetivo de la ley electoral. Al dificultar el desarrollo de partidos minoritarios (la mayoría de izquierdas), se dificultó la posibilidad de que las izquierdas consiguieran las mayorías en las Cortes que les correspondían por el apoyo popular que recibían.
Las consecuencias de esta situación son varias, pero una de ellas es el continuo subdesarrollo del Estado del bienestar en España. El gasto público social per cápita continúa siendo, 30 años después del establecimiento de la democracia, de los más bajos de la UE-15. Es más, desde el año 1993 (cuando el PSOE perdió la mayoría absoluta), el déficit de gasto público social de España con el promedio de la UE-15 no se ha ido reduciendo, sino que, al contrario, se ha ido expandiendo.

Sólo en los últimos cuatro años, cuando el PSOE se alió con IU-ICV y ERC, el déficit del gasto público per cápita con el promedio de la UE dejó de crecer (aunque no se redujera). Que ahora se reduzca o no durante los próximos cuatro años dependerá de con quién se alíe el PSOE. Si lo hace con las derechas, España continuará a la cola de la Europa social de los Quince, y ello a pesar de que la mayoría de la población continúa siendo de centroizquierda y la mayoría favorece la expansión de la España social.

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