Existe libertad religiosa tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Pero no existe igualdad religiosa ni desde el punto de vista legal ni en la práctica.
Un paso adelante en la dirección hacia la igualdad de las religiones en el ordenamiento jurídico, en la esfera pública y en la vida política, es la retirada de los símbolos religiosos de las escuelas, de todas las escuelas, las públicas y las concertadas:
- El mantenimiento de los símbolos religiosos en la escuela da a la misma un carácter confesional.
- La retirada de los símbolos religiosos de la escuela viene exigida, en segundo lugar, por el respeto que los propios símbolos religiosos merecen.
La escuela no puede ser un lugar de indoctrinamiento religioso, sino un espacio de formación integral, de educación en valores, de iniciación en el conocimiento científico y de aproximación al análisis de la realidad.
Las escuelas concertadas con ideario religioso deben seguir la misma praxis que la escuela pública:
- Están financiadas con fondos públicos, que proceden de los impuestos de todos los ciudadanos.
- La función principal de dichas escuelas no es la evangelización o la educación en la fe, no es la iniciación en la vida religiosa o la actividad catequística, sino educar en una ética cívica laica.
- En las escuelas religiosas concertadas hay alumnos y alumnas de diversa procedencia cultural, de distintos credos e ideologías; situación que se intensifica con la presencia de inmigrantes.
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