El error del bus creyente

Dejando de banda la cuestión de si los no creyentes disfrutan la vida más o menos que los creyentes, es digna de señalar la diferencia de actitud entre el lema de los primeros visto en Barcelona (Probablemente Dios no existe) y el de los segundos visto en Madrid (Dios sí existe).

Claro que los segundos han cometido el error de pensar que las letras mayúsculas no se acentúan, y han convertido su seguridad en duda, haciendo casi innecesario el sabotaje que supondría añadir un par de comas:

Dios, si existe, disfruta de la vida en Cristo

Lo que peor me sienta es no parar de oír esos comentarios de que los creyentes disfrutan ayudando al prójimo. Como si los no creyentes no ayudásemos. Ayudamos, y además ayudamos a todos, porque nuestra condición no-religiosa nos hace no tener no-prójimos...
Confío más en la bondad "per se" que en la bondad debida al miedo por la amenaza de un posible castigo eterno.