Por si no fuera suficiente que unos brillantísimos Venus y Júpiter están convergiendo en el Sudoeste crepuscular (casi a un grado por noche), la Luna creciente irá uniéndose a ellos hasta que el día 1 de diciembre, los tres objetos más brillantes de la noche, formen un pequeñísimo triángulo isósceles.
El espectáculo podrá verse en todo el mundo, incluso en ciudades con alta contaminación lumínica. Únicamente te lo puedes perder si hay nubes o vives en la Antártida (por el Sol de medianoche).

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