No sé si recordarán una entrada de la anterior fase de este cuaderno de bitácora: Hay que tener cara dura. En ella me escandalicé de que los propios residentes de un edificio pantalla se manifestaran en contra de esta clase de edificios: no contra el suyo, claro, sino contra los que posiblemente les iban a tapar la visión marina (como el suyo ha hecho a los edificios que ellos tienen detrás).
Pues bien. En esta noticia de "El Periódico de Catalunya" (El nuevo polideportivo de la Mar Bella abrirá en el 2009), se puede leer que estos vecinos se han opuesto al proyecto ya que lo consideran una agresión al entorno. El ayuntamiento ha claudicado y uno de los nuevos edificios, que debía tener una altura de 24 metros, finalmente sólo tendrá 12.
Los vecinos opinan que la ampliación del pabellón será una barrera entre mar y ciudad, no como su edificio, claro. Vecinos del Front Marítim, que verán reducidas una parte de las vistas al mar desde sus casas, emprenderán un contencioso contra el ayuntamiento. Sobre las vistas al mar de las que gozaban (desde muchísimo antes de que llegaran ellos) los vecinos que tienen detrás, no dicen nada.
Los vecinos proponen trasladar el equipamiento a otra zona del barrio, pero si no es posible y se tiene que quedar junto a la playa piden mejorar el pabellón actual pero no que se haga otro. No vaya a ser que pierdan el privilegio que robaron a otros vecinos.
Y recordemos que se trata de equipamientos públicos, de los cuales serán los primeros beneficiados. Llega a ser algún edificio de carácter privado y no sé qué habría pasado.
1 comentario:
Lo que pasa es que tu estás resentido porque no vives en el Front Maritim. Haberte quejado en su día cuando se proyectó todo el Front Maritim.
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